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El primer muchacho diría la primera frase: “Creo en Dios Padre Todopoderoso,” el segundo muchacho diría la próxima frase y así sucesivamente hasta recitarlo todo. Este día en particular los muchachos iban avanzando bien en la recitación cuando hubo una embarazosa pausa. Finalmente, se rompió el silencio cuando se oyó una vocecita diciendo: “Discúlpeme, seńor, pero el muchacho que cree en el Espíritu Santo no vino hoy.” A veces parece que la iglesia cristiana ha estado ausente cuando se viene a un compromiso vital de confianza en el Espíritu Santo. Si lo que parece es la realidad, entonces es muy desafortunado. Porque sería una vergüenza que cualquier iglesia perdiera el tremendo recurso del ministerio del Espíritu Santo. El Seńor Jesús consideró que este recurso personal del Espíritu Santo era su legado fundamental para los discípulos y, a través de ellos, para la iglesia. Juan 14:16 recoge su promesa: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros siempre.” Entonces, hablando de lo mismo en el versículo 18 dijo: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.” Con palabras aun más fuertes, Jesús dijo en Juan 16:7: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” Si usted leyera el pasaje entero, Juan 14 hasta 16, vería que Jesús consideraba que la presencia y llenura del Espíritu Santo eran esenciales para el trabajo que Él estaba dejando a la iglesia. No sería exageración decir que ningún grupo de personas, no importa de qué denominación, se puede llamar cristiano apropiadamente a menos que la presencia y el ministerio del Espíritu Santo estén en su medio. Es ciertamente correcto decir que el Espíritu Santo es el instrumento de cualquiera y todo el trabajo que Dios hace en la tierra. Hay esta advertencia que viene de los pasajes de Juan referidos ya --el Espíritu Santo siempre apunta a Cristo. Jesús dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará en toda la verdad; por que no hablará de su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber todas las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16:13–14). Debemos tener presente que Jesucristo es el centro de la revelación de Dios. Para parafrasear la percepción de un escritor, es Jesús encarnado quien nos muestra y trae a nosotros el amor de Dios; es el Cristo resucitado que hace disponible a nosotros el poder del Espíritu Santo. Por consiguiente, mientras nosotros dependemos grandemente del Espíritu de Dios en todas sus funciones, entendemos que es a Jesucristo que el Espíritu glorifica en nosotros y lo representa a nosotros. Así que no es extrańo que Pablo use las frases “el Espíritu de Dios” y “el Espíritu de Cristo” intercambiablemente, a veces en el mismo versículo, como en Romanos 8:9. Teniendo eso claramente presente, refresquemos nuestras mentes acerca de la grandeza de la revelación en Cristo Jesús mirando tres funciones del Espíritu Santo. Hay una función creativa del Espíritu Santo La función creativa del Espíritu Santo se indica en las frases de apertura de las Sagradas Escrituras. En la última parte de Génesis 1, versículo 2, se menciona el Espíritu de Dios “que se movía sobre la faz de las aguas.” El texto dice inmediatamente: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” (v. 3). Claramente, los dos versos están conectados. El Espíritu de Dios es el instrumento de Dios en la creación. Cuando contemplamos eso, tenemos que poner nuestra comprensión a un lado y simplemente adorar. Dios, a través de su Espíritu, es realmente la única fuerza creativa en el universo que conocemos. Todos hemos conocido a personas que llamamos creativas; algunos de ellos incluso están en el nivel de genios. Pero cualquier persona creativa debe tener material para empezar. Sea en las artes o en las ciencias, todos trabajan con algo. Sólo Dios, por medio de su Espíritu, puede hablar la materia en existencia de la nada absolutamente. Eso desconcierta la mente y causa dolor en el cerebro de sólo pensarlo, pero inflama el corazón si uno avista brevemente la grandeza del Omnipotente en ese punto. Entonces, conforme se lee más en las Escrituras, más se descubre que el poder creativo de Dios se usa, cuando Él escoge, en nombre de su pueblo de pacto. Se puede ver aplicado colectivamente en ocasiones como en el cruce del Mar Rojo. Se puede ver aplicado individualmente en un pasaje notable de Éxodo 35, cuando Dios especificó la construcción del Tabernáculo. Les dijo que escogieran a un cierto artesano, y se dice del hombre: “Y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte. . . ” (v. 31). Más adelante dice que Dios había dado a este hombre “la habilidad de enseńar otros.” ĄNo es eso asombroso! Desde entonces los hebreos creyeron (como debemos nosotros) que toda persona que demostraba tener un don de cualquier tipo estaba dotada por el Espíritu de Dios. Hay sólo una habilidad creativa en el universo, y todos los que participan en esa habilidad, sean creyentes o no, son deudores al Espíritu Santo de Dios. Esto significa que el creyente puede alabar a Dios por cualquier creatividad que él mire en la vida. El Nuevo Testamento enfoca específicamente la creatividad del Espíritu en la salvación. Se conecta directamente al evento de la resurrección. Pablo dijo en Romanos 8:11, “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús, mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” Allí está. El Espíritu cuya habilidad creativa trajo el mundo a la existencia está ahora activo haciendo de nuevo al espíritu humano que está muerto en delitos y pecados, a través del mismo poder que levantó al Seńor Jesús de los muertos. Jesús dijo que es como volver a nacer de nuevo. Pablo dijo que es como una persona muerta levantada de los muertos. En otro lugar se refirió al resultado de esta acción como ser una “nueva creación.” Cuando los individuos extienden la mano por la fe y vienen a un conocimiento de primera mano que Cristo murió por ellos, hay un nuevo tipo de vida que se imparte a ellos que los hace vivos para Dios. Se vuelven lo que un escritor llama “totalmente humanos.” Son totalmente humanos porque cuando experimentan la nueva vida en el Espíritu son restaurados al tipo de relación con Dios que se buscó desde el principio. Hay todo tipo de implicaciones teológicas y verdades maravillosas conectadas con la salvación, pero central a todo está la presencia y la obra del Espíritu Santo. Ninguna persona en la vida es redargüida de su pecado y necesidad de Cristo excepto por la obra del Espíritu; ninguna persona nace en el reino de Dios excepto por el ministerio del Espíritu; ningún creyente es limpiado en la vida y apartado para el servicio excepto por el poder del Espíritu. Por eso ninguna iglesia debe estar “ausente” jamás cuando viene a la verdad, “creo en el Espíritu Santo.” Otro aspecto de la creatividad del Espíritu Santo es presentado vivamente en el ministerio de la iglesia primitiva y su vida de cuerpo registrado en el libro de Los Hechos. Por necesidad de un mejor término, lo llamaremos el liderazgo creativo en el ministerio. Note la diversidad de su liderazgo. Él llevó a Pedro a ir en contra de sus convicciones religiosas (prejuicios?) por medio de una visión. Apartó a Bernabé y a Pablo hablando a través de los ministros y laicos de una iglesia local. En otra ocasión, les cambió la dirección negándoles la entrada a otra región. De forma semejante, el gran Adoniram Judson misionero laboró por más de un ańo intentando entrar en la India. Fallando finalmente en su esfuerzo, tomó una puerta abierta a Birmania dónde un ministerio fructífero floreció. Fue llevado por el poder creativo del Espíritu. Los ejemplos no se limitan exclusivamente al liderazgo. Considere el progreso del evangelio. En Pafos, muchos creyeron porque un hechicero fue reprendido. En Listra, porque un cojo fue sanado; en Antioquía de Pisidia fue la predicación que cautivó la atención; y en Atenas, fue un discurso de debate en una reunión de un club. El punto es que nunca hubo una aplicación mala de su creatividad. El método del trabajo del Espíritu siempre es precisamente apropiado para la ocasión en particular. Hay un par de aplicaciones que se pueden hacer de esto. Primero, nunca debemos restringir la creatividad del Espíritu Santo con nuestras limitadas preferencias y experiencias. Está tentador hacerlo. No deseo desacreditar la historia y la experiencia humana, pero a veces las iglesias con un pasado glorioso son estorbadas creyendo que Dios debe obrar ahora como lo hizo entonces. Algunas personas se preocupan porque a la iglesia del día presente le falta la relevancia. El hecho es que le falta la relevancia sólo en el grado que está perdiendo el poder creativo de Dios en la presencia y dirección del Espíritu Santo. La segunda aplicación es que no hay ninguna situación en nuestras vidas corporativas o personales que el poder de Dios no pueda controlar. En las palabras de Ethel Waters cuando le preguntaron si pensaba que Dios pudiera obrar en la primera cruzada de Billy Graham en Madison Square Garden, “querido, no hay nada que Dios no pueda hacer.” La función de capacitación del Espíritu Santo Mientras la función creativa del Espíritu es fundamental, de esa raíz crecen dos otras aplicaciones de su capacidad. Una es la función de capacitación. Hay tres herramientas de capacitación que merecen mencionarse aquí. La primera es verdad, la segunda poder, y la tercera es habilidades, o dones. Algunos pudieran cuestionar que a la verdad se le pueda llamar capacitación. Realmente, es una herramienta completamente irreemplazable. Pablo nos dice que nuestra batalla no es contra carne ni sangre. El reino de Dios es el reino de verdad. Pablo, cuando habló sobre ponerse la armadura de Dios para la batalla, dijo que todo se sostiene “con el cinturón de la verdad ceńido alrededor de su cintura” (Efesios 6:14b). Jesús dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). Sin la verdad de Dios, el creyente queda indefenso. Esa verdad incluye precepto sobre precepto de Dios en Cristo. Pero más allá de eso, incluye una comprensión de la manera en que Dios obra en el mundo a través de la iglesia. Incluye una comprensión de los valores del reino eterno en contraste con los valores culturales de la edad que pasa. Nadie que está carnalmente dispuesto puede comprender estas verdades totalmente. Se preparan a las personas para ellas y sólo se instruyen en ellas a través del Espíritu Santo. Él usa a otros creyentes y maestros, pero la verdad no puede comprenderse sin Él. Vacilo en decirlo porque no quiero que se entienda mal, pero hay una comprensión intuitiva de la verdad que sólo viene como resultado de la asociación regular con el Espíritu de Dios. Quizá esto puede comunicarse mediante la siguiente descripción. En la primavera de mi sexto ańo en la tierra, fui con mi hermano mayor y uno de sus amigos en una exploración de una área boscosa cerca de nuestra casa en Indiana. Uno de los resultados de esa excursión fue que yo terminé, por accidente, en un arroyo frío, desbordado. A través de los esfuerzos del amigo de mi hermano, fui rescatado, y vuelto a un estado consciente. Después hicimos tiritando la caminata de regreso a casa por los campos. Nuestros padres y otros hermanos se habían ido. Sólo nuestra abuela paternal que vivía con nosotros estaba allí. Mi memoria de ella era de una persona anciana gruńona. Ella cuidó de mí, secándome y ponindome ropa limpia y seca, pero todo el tiempo ella refunfuńaba acerca de cómo nosotros los muchachos no teníamos por qué irnos así, cómo íbamos a ser la causa de su muerte, y sucesivamente. Me puso entonces en el sofá de la sala y me cubrió con una manta. Mientras me dejaba dominar por el sueńo, me puse a pensar acerca del mundo frío y oscuro en que vivía. Fui despertado tiempo después de un sueńo muy profundo consciente de que mi cuerpo estaba en una posición diferente y que alguien estaba diciendo mi nombre una y otra vez. Cuando desperté totalmente, me encontraba en los brazos de mi madre. Ella estaba diciendo mi nombre repetidamente y preguntando si estaba bien. Acariciaba mi cabello hacia atrás con su mano y besaba mi cara. Había lágrimas en sus ojos. żEntiende usted que había una verdad acerca de la presencia de mi madre que literalmente transformó esa situación? De repente, el mundo no era tan oscuro y temeroso. Estaba soleado y luminoso, y era bueno estar vivo. De igual manera, el Espíritu comunica una verdad de Cristo que da vida y da testimonio internamente del amor de Dios. El Espíritu también equipa al creyente con poder. Jesús estaba interesado en que sus seguidores conocieran ese poder. Él les ordenó, en realidad, que no lo sirvieran hasta que hubieran recibido ese poder en la persona del Espíritu. En el libro de Los Hechos, el poder proporcionaba dos resultados. Había una intrepidez que permitió a los discípulos superar su miedo de testificar, y había una efectividad que caracterizó su ministerio. Cuando testificaban, los que eran atraídos por el Espíritu eran salvos. Cuando oraban, las cosas que pedían eran cumplidas, y había un aumento de la presencia del Espíritu Santo y la unidad del cuerpo. Si usted observa el mal uso del poder de la personalidad humana, entenderá por qué el poder del Espíritu templado por la verdad de Cristo y ejercido sólo por el Espíritu mismo. Nunca fue el control del poder divino entregado a la agencia humana. Otra herramienta de capacitación del Espíritu fue la entrega de habilidades a los miembros del cuerpo de Cristo para construir y unificar el todo. Estas “habilidades” se mencionan en 1a Corintios 12 como dones espirituales. Su propósito se declara en el versículo 7: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” Cualquier llamado don espiritual que magnifica al individuo o causa disensión en el cuerpo es muy sospechoso. Así no es cómo opera el Espíritu Santo. Hay una función de manejo de la vida del Espíritu Santo El Espíritu santo también tiene una función de manejo de la vida que se indica por las figuras retóricas de vivir en el Espíritu y caminar en el Espíritu. Romanos 8:5, declara que “los que son del Espíritu, [piensan] en las cosas del Espíritu.” Y el versículo 9 dice, “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.” Gálatas, una carta paralela con la de Romanos, agrega esta palabra: “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (5:25). Yo entiendo que vivir en el Espíritu es una actitud (inclinación) de franqueza a la dirección del Espíritu, y manteniendo el paso con el Espíritu para hacer los ajustes de momento a momento los que hacemos en respuesta a la dirección del Espíritu. Por consiguiente, hay una dirección espiritual consecuente de nuestras vidas diarias que nos permite que vivamos la vida a toda capacidad, así como enfrentar cualquier dificultad que viene. ĄQué tremendo recurso para el creyente! Es un error poner el énfasis en las obras espectaculares y ostentosas del Espíritu Santo descuidando la misión central del Espíritu que es ayudar al creyente en su sumisión diaria al seńorío de Jesucristo. Un pasaje de la Escritura que refleja el alcance de esa ayuda es Efesios, capítulo 4. En ese capítulo encontramos este consejo práctico: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios” (v. 30). El mensaje es el Espíritu que Dios está interesado por las cosas esenciales de nuestras vidas diarias y relaciones, al punto que sus sentimientos se contristan si nosotros no respondemos apropiadamente. Hay, además, integrado en este pasaje, la visión que Dios, a través de su Espíritu, es un gran conservacionista. Él toma los impulsos naturales de la persona y los conserva de su corrupción pecadora para su uso positivo y fructífero. Por ejemplo, los seres humanos tienen una necesidad de comunicar. Pablo dice, “ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación” (v. 29). No hay duda alguna que los seres humanos tienen una naturaleza adquisitiva. Bajo la guía del Espíritu Santo, vemos que “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo… lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” Ciertamente, el Espíritu Santo está involucrado en ayudándonos a manejar las debilidades de la carne así como las oportunidades de la vida que vienen en nuestro camino. Un hombre de negocios exitoso que tiene toda medida de lo que el mundo considera importante, se pone inquieto y descontentado, y siente que algo está faltando. Su búsqueda lo lleva finalmente a la fe de su juventud y de su familia. Se arrodilla en arrepentimiento y fe ante la cruz de Cristo y encuentra alivio. Es la obra del Espíritu Santo. Un obrero de construcción pendenciero que ha sido el guardaespaldas personal de un líder de una pandilla callejera entra en una misión una noche y es transformado gloriosamente en un dulce de espíritu que sus compańeros anteriores no pueden reconocer. Es la obra del Espíritu Santo. Una pequeńa congregación de creyentes se une en espíritu y amor y propósito. Empiezan a proyectarse a una comunidad que hasta ahora no les había prestado atención. La congregación crece dinámicamente hasta llegar a tener literalmente un ministerio e influencian mundiales para Cristo. Es la obra del Espíritu Santo. Una joven mujer lucha con la tentación de abandonar los principios de la fe enseńados a ella por sus padres para identificarse con las tendencias culturales de aquéllos en su lugar de trabajo. En un momento crítico de decisión ella se siente fortalecida y es capacitada para alejarse de la tentación. Es la obra del Espíritu Santo. Todo esto, y más, he visto con mis propios ojos. Por eso puedo decir con la mayor convicción, “creo en el Espíritu Santo.” Larry R. Hughes nació y se crió en Grant County, Indiana, EUA. Él ha servido al Seńor en el ministerio pastoral, enseńando en la universidad, y como conferenciante bíblico. Larry dice: “Hace tres ańos que entré en la experiencia de la tierra de Canaán. Los veteranos estaban equivocados en su tipología. La experiencia de la tierra de Canaán no es la santificación ni el cielo; Ąes la jubilación! ĄQue siga fluyendo la leche y la miel!” Firmes en la fe –– Recursos de sermones  PAGE 5 23Djéęë}%Ł%/-6-™-š-Ü.ß.S?T?†@ˆ@Â@/ADAFA\APPˆQ‰QŠQąQđâŃÂđâ´Źž´´ž´‡´ž´x´‡i´´´ž´‡eT hŤ"56CJOJQJmH sH hŤ"hŤ"5CJOJQJmH sH hŤ"CJH*OJQJmH sH hŤ"mH sH hŤ"6CJOJQJmH sH he ŰCJOJQJmH sH he ŰmH sH hŤ"CJOJQJmH sH he Ű5CJOJQJmH sH  hŤ"69CJHOJQJmH sH hŤ"CJOJQJmH sH hŤ"5CJOJQJmH sH  2CDEhij • Ę @ #ŐGéęéééÓÓÎÎÉÉ˝˝˝˝˝˝˝˝˝˝˛ $dđa$gde Ű $„Đ`„Đa$gde Ű$a$$a$$$d &d NĆ˙ PĆ˙ a$$$d &d NĆ˙ PĆ˙ a$‰QżQţţłkŕ˜l"Ÿ$Ś%ę'Ř)U+F,š-›-Ę-Ë-ö.ý0X3Q4Ô9$; <¤=›>÷ëëëëëëëëëëëëëŕŕëëëëëëëëëë $dđa$gde Ű $„Đ`„Đa$gde Ű$a$gde Ű›>ˆ@‰@Â@Ă@ĘBŞDyEG°HUJ­KÉLNSOĎOĐOŃOŇO‰Q˝QóëëóóóóóóóóóóóóéééĹ´ Ć Ŕ!Đ(#€$d NĆ˙ #$d %d &d 'd NĆ˙ OĆ˙ PĆ˙ QĆ˙ $a$gde Ű $„Đ`„Đa$gde ŰąQ˛QłQšQşQťQźQ˝QżQŔQőăĎăşăőśŽhŤ"mH sH hŤ"(he Ű0J5CJOJQJmHnHsH u'he ŰhŤ"0J5CJOJQJmH sH "jhŤ"0J5CJOJQJUhe ŰhŤ"mH sH  ˝QžQżQŔQýýŮ#$d %d &d 'd NĆ˙ OĆ˙ PĆ˙ QĆ˙ ,&P1h°Đ/ °ŕ=!°€"°€# $€%°°@°@œ@@ń˙@ NormalCJ_HaJmH sH tH >@> Heading 1$dŕ@&5DA@ň˙ĄD Default Paragraph FontVi@ó˙łV  Table Normal :V ö4Ö4Ö laö (k@ô˙Á(No List 6U@˘ń6 Hyperlink >*B*ph˙0>@0 Title$a$5JC@J Body Text Indent„Đdŕ`„Đ4@"4 Header  ĆŕŔ!4 @24 Footer  ĆŕŔ!.)@˘A. 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